jueves, 27 de mayo de 2010

¿Facebook puede ayudar a superar la fobia social?

26.05.2010 Psicología y redes sociales
¿Facebook puede ayudar a superar la fobia social?
Los recursos tecnológicos pueden favorecer las relaciones vinculares de aquellas personas con dificultades para comunicarse cara a cara. Sin embargo, constituyen sólo una herramienta más para enfrentar el problema.
La fobia social es un trastorno psicológico que se caracteriza por el miedo y la ansiedad persistentes a enfrentar situaciones sociales, como por ejemplo, hablar o comer en público, iniciar una conversación o mirar a los ojos a otras personas. Con el auge de las redes sociales, algunas personas que sufren este problema usan el Facebook para expresarse y aprovechan la identidad velada que les da la web.

Si bien el Facebook no es patrimonio exclusivo de la fobia social, el doctor Gustavo Bustamante, director general de la Fundación Fobia Club, explica que "muchas personas que tienen dificultades para expresarse o comunicarse 'cara a cara', utilizan este y otros recursos tecnológicos para comunicarse y no evidenciar tanto sus inhibiciones sociales".

En Internet, existen varios foros en los que los usuarios conversan sobre esta problemática y su relación con las redes sociales. Por ejemplo, el Foro de la Fobia Social (que ya tiene su página en Facebook) o el foro español Fobia Social. Allí, algunos participantes opinaron acerca de la influencia del Facebook en sus relaciones sociales. Alguien escribió "a mí me parece interesante, ya que como tengo problemas reales para mantener conversaciones 'normales', ésta es una manera accesible de estar en contacto con gente".

Otra persona dice que "creo que yo siento mucha ansiedad con este Facebook. Mantengo mi perfil con lo mínimo, como en la vida real, quiero pasar algo desapercibido porque no tengo qué ofrecer. No tengo amigos ni anécdotas de viajes con amigos para subir a esta página. Igual la veo, la reviso esperando algo, no sé qué, pero es como estar en la entrada de la casa donde esta la fiesta para nunca atreverme a entrar".

Las redes sociales pueden generar un espacio positivo para los fóbicos sociales, ya que les da la posibilidad de conversar e interactuar más frecuentemente con otras personas. Sin embargo, no deja de ser una conexión en la web, donde los encuentros con los demás no son reales y el riesgo es que los contactos se queden sólo en conexiones virtuales.

En este sentido, el doctor Bustamante cuenta que "muchas personas que participan de foros de discusión y otras formas de interacción web acuerdan encontrarse por fuera del mundo virtual. Sin embargo, cuando llegan a los lugares donde se citaron no entran, se arrepienten en la puerta y, luego, abandonan los foros por temores sociales". Así, las redes sociales deberán actuar, entonces, como un recurso más para acercarse a los otros y vencer el miedo.


http://www.entremujeres.com/salud-y-bienestar/psicología/facebook_fobia_social_0_268773131.html

jueves, 20 de mayo de 2010

Taller para Familiares


El viernes 4 de Junio,
en las instalaciones de la Fundación (Sede Central), se realizara un nuevo Taller para Familiares de Pacientes.
Se trata de un espacio en el que los familiares y/o amigos de pacientes que sufren Trastornos de Ansiedad, pueden encontrar información profunda y rigurosa, compartir sus dudas e inquietudes con otros familiares, y hallar respuestas y contención.
El taller es totalmente gratuito

viernes, 14 de mayo de 2010

Trece de cada cien personas sufren de Fobia Social.

Esta fobia integra uno de los trastornos de ansiedad, y suele ser confundida por timidez extrema.
Comienza generalmente, a manifestarse en la adolescencia, que es momento en que los jóvenes se exponen mas ante la sociedad.
Para diagnosticar una fobia social o trastorno de ansiedad social, el enfermo debe sentir una ansiedad irracional cuande se expone a cualquier contacto social.
Los síntomas son: sudoración, palpitaciones, mareos, sonrojamiento, miedo a ser evaluado y a hacer el ridiculo.
Lo importante es un diagnostico precoz y preciso para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Su tratamiento produce mejorias en el paciente, en muy pocas semanas

miércoles, 5 de mayo de 2010

Dos de cada tres personas que padecen fobias son mujeres

Investigación entre 2000 y 2006Dos de cada tres personas que padecen fobias son mujeres Surge del registro de 3.150 pacientes tratados en una fundación especializada en esos trastornos. Temor a alejarse del hogar, timidez extrema, preocuparse por todo y obsesiones son los más comunes.

Taquicardia, sensación de ahogo, mareos, dolor de pecho, miedo intenso a morir y a vivir otra vez estos mismos episodios. Estos son los síntomas que sufre una persona durante una crisis de pánico con agorafobia (temor a alejarse de la propia casa). Un mal que al igual que el trastorno de ansiedad social (timidez extrema), la ansiedad generalizada (preocupación por todo) o el trastorno obsesivo compulsivo, afecta casi dos veces más a las mujeres que a los varones.
Lo demuestra el paso de 3.150 pacientes entre el año 2000 y 2006 por las filiales de la Fundación Fobia Club —una organización que atiende a personas con trastornos fóbicos—. De los registros se deduce que el 63 por ciento de los pacientes han sido mujeres; el resto, claro está, varones. "Esta problemática afecta más a las mujeres que a los hombres. Posiblemente porque las mujeres tienden a admitir más sus miedos", analizó el vicepresidente de la Fundación Fobia Club, Gustavo Bustamante.
Un artículo de junio de 2005 de la Revista de Psiquiatría y Salud Mental del hospital peruano Hermilio Valdizán señala que "hay evidencia de que los hombres soportan en exceso sus miedos en comparación con las mujeres" y que es posible que los hombres "sean más ansiosos en las situaciones sociales de lo que están dispuestos a admitir". El mismo artículo advierte que en las sociedades occidentales "con frecuencia se espera que la mujer sea socialmente más activa que el hombre" y que por lo mismo "el hombre puede ser capaz de evitar ciertas situaciones sociales más fácilmente que la mujer, sin ser hostigado por su ausencia y sin experimentar tanta presión social de los otros en su vida cotidiana".
Aunque la aparición de los síntomas fóbicos es tan vieja como la historia de las civilizaciones, el ritmo que impone la modernidad en las grandes ciudades, la presión de la competencia laboral y la exigencia que el consumo impone al interior de la vida familiar amplió la población de quienes sufren trastornos de ansiedad. En los últimos seis años las consultas en Fobia Club por trastornos de ansiedad generalizada aumentaron un 645 por ciento; aquellas por trastornos obsesivos compulsivos, un 193 por ciento, y las de fobias específicas, un 165 por ciento.
Tan antiguas son las fobias que las huellas de los síntomas de los trastornos de ansiedad pueden leerse en los discursos del político romano Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a.C.) o en la obra "Elogio de la locura" del pensador holandés Erasmo de Rotterdam (1467-1536).
La más común de las fobias es el trastorno de pánico con agorafobia. La padeció el 31 por ciento de los pacientes de la muestra (entre 2000 y 2006). Un mal que, además, sufren las mujeres seis veces más que los varones.
Otro de los trastornos que acumula muchas consultas es el trastorno de ansiedad social (27 por ciento). "Es la timidez extrema. Son pacientes que la pasan muy mal porque no pueden mirar a las personas a los ojos, dar la mano ni asistir a una entrevista de trabajo", dijo Bustamante.
En tercer orden de frecuencia está el trastorno de ansiedad generalizada (13 por ciento). El que sufren las personas que en forma extrema se preocupan por todo.
Otras fobias menos frecuentes (7 por ciento) son los trastornos obsesivo compulsivos que implican ideas que la persona repite una y otra vez. Como ordenar la ropa del placard en "claras y oscuras" para evitar que ocurra "algo malo". O abrir y cerrar en forma constante la llave de gas o cerrar la puerta de entrada de la casa repetidamente.
"Hay un grupo de patologías como la depresión, el pánico y la fobia que suelen medicarse con lo que se llaman inhibidores específicos de la recaptación de serotonina (sustancia que actúa como neurotransmisor, que ejerce influencia sobre el sistema psiconervioso), pero el tratamiento también debería acompañarse de algún tipo de psicoterapia", puntualizó Eduardo Diego Friedman, jefe de sección en el Servicio del Hospital Carolina Tobar García.
El psiquiatra Enrique Stola explica que cada persona estructura la fobia de una determinada forma, de tal modo que unos necesitan más tiempo la medicación que otros. "Las fobias que se asocian con otros cuadros como el obsesivo compulsivo necesitan mantener la medicación por algunos años", manifestó.
Para el presidente de Fobia Club, Oscar Carrión, "históricamente hubo la misma cantidad de fobias, sólo que ahora con la difusión la gente se dirige a los lugares especializados más rápido". Un dato importante, ya que en promedio quienes sufren de trastornos de ansiedad dan vueltas entre 7 y 10 años por neurológocos, cardiólogos o clínicos y todo tipo de terapias, antes de encontrar una solución real.
Una sociedad que crea fóbicosOscar Angel Spinelli ospinelli@clarin.com
Una sociedad que no contiene a la gente vive amenazada. Si hay pocos empleos, salarios bajos e inciertas jubilaciones es lógico temerle al futuro. Las rutas son fatales. ¿Por qué no sufrir ante un camión que hace zigzag? En los hospitales la atención no es óptima. ¿Angustiarse porque no sabemos si nos tratarán bien es sólo fobia? Matan para robar. ¿Vivir en el Camino de Cintura con pánico es irracional? Corralitos, remates, presidentes por algunos días. ¿Por qué no padecer incertidumbre? Muertes inexplicables, corruptos, Justicia endeble. ¿Pesimismo? Acaso sólo una lectura (parcial) de la realidad. Esta sociedad subdesarrollada crea fóbicos. ¿Algunos están interesados en que siga funcionando mal?
Los síntomas que aparecen
Existen varias tipologías para los trastornos de ansiedad. Las más frecuentes son el trastorno de fobia con agorafobia, el trastorno de ansiedad social y la ansiedad generalizada. Algunos de los síntomas son:
Agorafobia: es el marcado temor a alejarse de la casa o a caminar solo por la calle. Los primeros síntomas son taquicardia, sensación de ahogo, mareos, dolor en el pecho, sensación de desmayo, hormigueos en las piernas, miedo intenso en general: a volverse loco y a que estos síntomas se repitan.
Trastorno de ansiedad social: temor a ser evaluado o escrutado por la gente. Dificultad de hablar en público, dar charlas o exámenes, comer en público, relacionarse con desconocidos. Los síntomas son: timidez extrema, que empieza con rubor en la cara, sudor, tartamudeos, temblores y "mariposas" en el estómago.
Trastorno de ansiedad generalizada: es un tipo de preocupación constante y excesiva sobre una amplia gama de acontecimientos y situaciones. Produce inquietud, fatiga, falta de concentración. El paciente imagina situaciones horribles mientras un familiar se retrasa o no contesta el teléfono. Siempre piensa en catástrofes. Sobreestima el peligro.
Fobia específica: temor irracional ante la presencia de cualquier objeto o situación: animales, como las cucarachas, ratas, arañas, víboras, perros, gatos, caballos, o parte de ellos (pelos, plumas), sustancias u objetos (sangre) o situaciones como las tormentas. El paciente evita exponerse a estas situaciones.
Trastorno por estrés postraumático: es la aparición de síntomas que le siguen a la exposición de un hecho estresante, traumático. Los síntomas pueden ser: sueños recurrentes e imágenes intrusas, relacionados con la situación traumática.
El fin de una pesadilla que duró ocho tortuosos años
Se estaba yendo a Capilla del Monte de vacaciones con su marido. Tenía 38 años. Ya era madre de dos adolescentes, tenía un buen matrimonio y trabajaba 20 horas semanales en un gimnasio como profesora. Pero en el viaje a Córdoba se transportó a otro espacio: al pesadillesco mundo de las fobias.
"Empecé a sentir mucho miedo, a transpirar. 'Pará el auto que me muero, que no puedo respirar', le decía a mi esposo. Habrán sido dos minutos que parecieron un siglo", contó Silvia Aimeri (55). Y la pesadilla duró ocho años. Los síntomas, con el paso del tiempo, se presentaban tres veces por día.
A los seis meses dejó de trabajar. Pero el recorrido por decenas de consultorios de psicólogos y psiquiatras no la traía de vuelta a la Silvia que había sido. Por el contrario, las cosas empeoraron. Ya no podía estar sola en su casa. "Había llegado a una pérdida de calidad de vida tal que tenían que sostenerme del brazo para bañarme. Todo el mundo hacía posta para estar conmigo. Ninguno de los medicamentos que me habían prescripto los psiquiatras me había dado resultado. Estaba tan desesperada que quería que un médico me dijera que tenía un mal y que me moriría. No quería morir, pero era la solución que veía."
Un día su hermana escuchó un programa de radio en el que explicaban qué era el pánico, qué pasaba durante una crisis fóbica. Tomó el teléfono y fue a Fobia Club. "Luego fue mi marido y el 17 de junio de 1997 tuve mi primer turno." Durante 200 sábados continuos jamás faltó. Hoy vive de otro modo, abandonó los gimnasios y se interesó en las fobias: es coordinadora de grupos de personas que sufren trastornos de pánico con agorafobia.

DIARIO CLARIN