lunes, 31 de enero de 2011

Fobias a las Comidas


El miedo al brócoli y otras fobias gastronómicas

Algo tan inofensivo como un vegetal puede generar terror. Suena a chiste, pero es cosa seria. Estas son las fobias alimenticias más frecuentes.
Puede sonar raro, pero existen personas que se paralizan ante una verdura, y no es ninguna broma. Según el director de la Fundación Fobia Club, Gustavo Bustamante, esta y otras fobias relacionadas con la alimentación son cada vez más frecuentes. Consultamos con especialistas y te contamos cuáles son las más comunes:
1. Fagofobia: miedo a atragantarse con alimentos sólidos
El temor a tragar y asfixiarse con comida es una de las fobias más comunes, dice Bustamante. Tiene su origen en malas experiencias gástricas y quienes la padecen pueden llegar a licuar todos los alimentos sólidos, restringiendo su dieta a purés y yogures, lo que les genera un importante déficit de proteínas. La carne es su peor enemigo. Les cuesta horrores tomar una píldora y pueden temblar ante un combinado de sushi o un choripán.
2. Lacanofobia: miedo a las verduras
En el Fobia Club aseguran que el temor a los vegetales es muy frecuente. Existen casos en que el miedo es hacia todo el mundo vegetal, pero es más común la aversión a una especie en particular. Entre los más odiados están el brócoli, el coliflor, los pepinos y los hongos. Con sólo estar cerca de alguno de ellos, los lacanofóbicos padecen náuseas. Al no comer verduras, dejan de incorporar nutrientes y tienen problemas digestivos.
3. Carnofobia: miedo a la carne
Quienes padecen esta fobia, aseguran que el sólo hecho de ver deshuesar un pollo o sacarle las escamas a un pescado, les produce palpitaciones. ¿Algunos síntomas? Ante el temor, generan ciertos rituales. Por ejemplo, en el supermercado no tocan nada parecido a la carne sin sus guantes de látex, son capaces de abandonar la compra si ven chorrear una bandeja de bife, y a su regreso, usan productos abrasivos para limpiarse las manos.

4. Neofobia: miedo a probar alimentos nuevos
Es la negación a consumir alimentos desconocidos, o que rompen con la costumbre cotidiana, y es más frecuente entre los niños. Una de sus principales causas es el hábito de consumir siempre los mismos platos (hamburguesas, salchichas, papas y postres), lo que moldea un perfil del gusto cada vez más cerrado. Por eso los pediatras recomiendan una alimentación variada y platos con colores, texturas y temperaturas diferentes, para que los chicos los encuentren más atractivos.
5. Miedo a ser observado mientras se come
Está enmarcada dentro de la ansiedad social y quienes la padecen jamás prueban bocado en público por temor a ser acechados. Su peor pesadilla son los cócteles y los casamientos. Muchas veces confundida con la timidez, este tipo de fobia vuelve a la persona insegura y genera episodios de paranoia. Suele derivar en otros vicios puertas adentro, como el alcoholismo o los trastornos alimenticios.


http://www.planetajoy.com/?El_miedo_al_brocoli_y_otras_fobias_gastronomicas_&page=ampliada&id=2701

jueves, 6 de enero de 2011

Trastorno Obsesivo Compulsivo - TOC


* Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): Es una enfermedad en que el individuo que la padece, es avasallado por pensamientos violentos, angustiantes y hace rituales para evitarlos.

Muchas veces, nos enteramos o conocemos a personas que, usan guantes aunque sea verano, verifican que la llave de gas este perfectamente cerrada, guardan objetos innecesarios, pasan horas del día acomodando los placares, bajan tres veces de su auto para comprobar que cerraron con llave la puerta de su casa, y creemos estar frente a personas “maniacas”, desconociendo que estas actitudes repetitivas y absurdas son las que nos indican que la persona que la realiza esta sufriendo una obsesión.


Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente y no poder elegir, son cinco formas en que puede llegar a expresarse el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una enfermedad psiquiátrica que altera la vida de quien lo sufre.En otros casos el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo:
. El sujeto ve una tijera y teme sufrir el impulso de clavársela a un ser querido.
. Siente la compulsión de robar un objeto, de realizar un acto cualquiera, de orinar en determinado sitio

La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.
Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.

Para el doctor Gustavo Bustamante, de la Fundación Fobia Club, puede aparecer en la infancia, aunque la persona obsesiva compulsiva -o su familiar- suelen demorar hasta siete años en recurrir a un especialista. "Para que surja son necesarios una carga genética, una lesión física como haber sufrido meningitis o tener padres con TOC.

El obsesivo compulsivo sabe qué le pasa, se siente ridículo y hasta humillado por lo que le sucede.

"Cuando las obsesiones y compulsiones no son pasajeras e interfieren en un normal desarrollo de la vida conviene consultar a un especialista", dice Bustamante.

La modalidad terapéutica actual es combinar psicofármacos, con psicoterapia. "Al tratamiento con medicamentos, nosotros le sumamos la terapia cognitiva comportamental. Creemos que el trabajo en grupo es muy eficaz porque genera esperanza, la idea de que no se está solo y un mecanismo de identificación que genera una competitividad sana"

La terapia cognitiva trabaja sobre el modelo del procesamiento de la información. Lleva gradualmente al paciente a que enfrente la situación que teme evitando el ritual compulsivo "para que desconfirme" su idea rara. Es limitada en el tiempo y centrada en el aquí y el ahora del paciente con un programa de tareas para realizar en su entorno habitual, explica el Dr. Gustavo Bustamante.

Estudios científicos realizados últimamente, hallaron una fuerte correlación entre trastornos de personalidad con pensamientos bizarros (como el obsesivo-compulsivo) y un incremento en una enzima que regula el metabolismo de los neurotransmisores.